Vandalismo en la Plaza Héroes de Malvinas: cuando el esfuerzo vecinal choca contra la indiferencia

Durante una jornada de limpieza organizada por la Junta Vecinal, vecinos encontraron el tobogán de la plaza roto. El daño fue causado por el uso indebido de una familia. La situación genera indignación, pero también invita a reflexionar sobre la importancia de cuidar lo que es de todos.

La mañana había comenzado con energía positiva. Vecinos y vecinas de la Junta Vecinal se reunieron en la Plaza Héroes de Malvinas para una jornada de limpieza y puesta en valor. Escobas, bolsas, guantes y buena voluntad marcaban el ritmo de una actividad pensada para que el espacio siga siendo un lugar de encuentro y disfrute.

Sin embargo, la sorpresa y la tristeza se apoderaron del grupo al descubrir que el tobogán estaba roto. La revisión de las cámaras de seguridad no dejó lugar a dudas: el daño fue causado por una familia que lo utilizó de manera indebida, con la presencia de un adulto que no intervino para evitarlo.

Lo doloroso no es solo la pérdida material del juego, sino el mensaje que esto transmite a los niños y niñas. Un acto de vandalismo se convierte también en un ejemplo negativo, que refuerza la idea de que lo público no merece cuidado, cuando debería ser todo lo contrario.

La Junta Vecinal remarcó que estos espacios son de todos y que el mantenimiento depende, en gran medida, del compromiso de la comunidad. No se trata solo de barrer hojas o plantar arboles: se trata de tener sentido de pertenencia, de entender que el barrio es nuestra casa extendida y que su cuidado es una responsabilidad compartida.

Este hecho no es aislado. Situaciones similares se repiten en diferentes puntos de la ciudad, donde la Municipalidad de Río Gallegos realiza mejoras constantes que muchas veces son destruidas en poco tiempo por actos de vandalismo.

Si queremos una ciudad más linda y segura, necesitamos el compromiso de cada vecino y vecina. Cuidar el barrio, respetar el trabajo ajeno y enseñar con el ejemplo son pasos imprescindibles para construir una comunidad fuerte y unida.

La jornada de limpieza terminó con la misma convicción con la que comenzó: el barrio es de todos, y juntos podemos preservarlo para que siga siendo un lugar de encuentro, juego y orgullo para las próximas generaciones.