13 de diciembre: el día en que el petróleo brotó y la Argentina cambió de rumbo
Se conmemora el descubrimiento de petróleo en Comodoro Rivadavia, el 13 de diciembre de 1907. Una fecha que late en la historia del trabajo, en el nacimiento de pueblos enteros y en una pregunta que sigue vigente: quién decide sobre la energía y para quién se transforma en bienestar.
Cada 13 de diciembre, la Argentina recuerda una escena que marcó un antes y un después: en 1907, en Comodoro Rivadavia, provincia de Chubut apareció petróleo. Fue un hallazgo que terminó empujando una transformación profunda: del mapa productivo, del poblamiento patagónico y de la idea misma de desarrollo nacional.
No se conmemora solo un recurso. Se conmemora un punto de partida. Porque alrededor del petróleo crecieron ciudades, se abrieron caminos, se levantaron barrios, escuelas, hospital y se afirmaron economías regionales. Y, sobre todo, se consolidó una identidad: la del trabajo petrolero, con su esfuerzo cotidiano, sus turnos extensos, sus riesgos, su disciplina y esa forma de vida que en la Patagonia se aprende con el viento de frente.
En esa historia, el petróleo no es una palabra de despacho: es mano y territorio. Son familias que se arraigaron donde antes parecía imposible. Son generaciones que hicieron patria en condiciones duras, sosteniendo una actividad estratégica que mueve industrias, transporte y vida cotidiana. Por eso, cuando se habla del Día del Petróleo, también se habla de derechos conquistados, de organización, de seguridad, de dignidad laboral entendida como algo concreto: volver a casa, cobrar lo justo, cuidar la salud, tener futuro.
El país entendió temprano que la energía no es un tema neutral. Años después de aquel descubrimiento, la creación de YPF en 1922 terminó de instalar una idea que atraviesa todo el siglo XX y llega hasta hoy: sin decisiones propias sobre los recursos estratégicos, el desarrollo queda en manos ajenas. Y cuando la energía se piensa solo como negocio, lo que se pierde no es un debate técnico: se pierde capacidad de planificar, de industrializar, de integrar regiones, de sostener empleo y de garantizar soberanía.
Por eso esta fecha importa. Porque el petróleo está ligado a una pregunta que no envejece: ¿la riqueza que sale del subsuelo se convierte en escuelas, hospitales, rutas, salarios y producción, o se va como renta para pocos? En tiempos de crisis, esa pregunta duele más y se vuelve urgente.
Hoy, 13 de diciembre, la historia no pide un acto vacío. Pide memoria activa: reconocer lo que se construyó con trabajo, y defender la idea de que la energía debe estar al servicio del pueblo y del país. Esa es, en el fondo, la conmemoración más honesta del Día del Petróleo argentino.

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