Alerta sobre la desigualdad salarial en Argentina.
Según un informe difundido por la Junta Interna de ATE-INDEC, el salario mínimo necesario para que una familia de cuatro integrantes cubra sus necesidades básicas en octubre de 2024 debería ser de $1.547.169. Esta cifra contrasta drásticamente con el salario mínimo, vital y móvil (SMVM) oficial, fijado en $271.571,22, y con el sueldo promedio en Argentina, que alcanza los $466.667 mensuales.
El cálculo de la Junta Interna de Delegados y Delegadas de ATE-INDEC se basa en las Canastas de Consumos Mínimos, una metodología propuesta por el Instituto que considera necesidades esenciales, pero que aún no forma parte de las mediciones oficiales. Según este análisis, se requieren $534.478 para una Canasta Alimentaria Mínima y $1.012.691 para cubrir otros bienes y servicios básicos. Este enfoque técnico, desarrollado por trabajadores y trabajadoras altamente capacitados del INDEC, pone en evidencia las profundas desigualdades que enfrenta la clase trabajadora argentina.
A pesar de no ser un dato oficial, este indicador es utilizado por gremios como los Aceiteros para negociar paritarias, aunque la mayoría de los trabajadores y trabajadoras están lejos de alcanzar esos ingresos. Además, los especialistas de ATE-INDEC cuestionan la “euforia” oficialista respecto a una supuesta baja de la inflación, atribuyendo la desaceleración del Índice de Precios al Consumidor (IPC) a la caída del consumo provocada por la pérdida del poder adquisitivo de trabajadores y jubilados.
Desde la Junta Interna, no solo se denuncia esta situación, sino que también se señala la necesidad urgente de una respuesta por parte de los gremios, sindicatos y centrales obreras. “Estamos acercándonos a diciembre, un mes históricamente movilizador para los sectores populares. Las centrales deben acompañar con acciones sindicales mas contundentes”, advierten.
Este reclamo resalta la importancia del trabajo técnico y profesional de las y los trabajadores del INDEC, que son delegados de ATE que no solo brindan herramientas para interpretar la realidad económica, sino que también invitan a reflexionar sobre la necesidad de medidas estructurales que protejan los salarios y el poder adquisitivo de la población.