El papa Francisco critica duramente la represión a los jubilados en Argentina: “En vez de pagar justicia social, se pagó el gas pimienta”
En un contundente mensaje durante el Encuentro Mundial de Movimientos Populares celebrado en el Vaticano, el papa Francisco lanzó una crítica directa contra el gobierno de Javier Milei por la represión policial ejercida sobre jubilados y trabajadores que reclamaban por sus derechos en Buenos Aires. El Pontífice manifestó su profundo rechazo al uso de gas pimienta para dispersar a los manifestantes y denunció la falta de justicia social en el país.
“Me hicieron ver una represión, hace una semana o un poco menos. Obreros, gente que pedía por sus derechos en la calle. Y la Policía la rechazaba con gas pimienta de primera calidad”, señaló Francisco, visiblemente consternado. La manifestación, que tuvo lugar frente al Congreso Nacional, se originó tras el veto a la ley de movilidad jubilatoria, afectando a personas mayores que demandaban una mejora en sus condiciones económicas. Francisco se mostró indignado por la respuesta represiva del Estado, afirmando que, en lugar de atender los justos reclamos, el gobierno prefirió “pagar gas pimienta” en lugar de justicia social.
El líder de la Iglesia Católica también hizo hincapié en la desconexión entre las políticas gubernamentales y las necesidades de los sectores más vulnerables, aludiendo a una actitud que tildó de “avara” por parte de algunos gobiernos que favorecen a los más ricos en detrimento del pueblo. “No tenían derecho a reclamar lo suyo porque eran revoltosos, comunistas… y el gobierno se puso firme”, agregó el Papa, criticando el desprecio hacia quienes luchan por sus derechos básicos.
Francisco, quien ha sido un firme defensor de los derechos de los trabajadores, destacó que la justicia social no es negociable y que las políticas que ignoran esta realidad solo profundizan la desigualdad y el sufrimiento. En su discurso, el Papa reiteró la necesidad de garantizar los “derechos sagrados” de tierra, techo y trabajo para todos, y exhortó a los movimientos sociales a no cesar en su lucha por un mundo más justo.
Este pronunciamiento del Pontífice marca un nuevo capítulo en su constante llamado a los líderes políticos a adoptar políticas equitativas y a proteger a los sectores más desprotegidos, advirtiendo que la represión solo aumentará la violencia y la desolación social.