Inflación de marzo: el 3,7% que sigue golpeando al pueblo

Por Redacción | Mientras algunos celebran que el índice de inflación haya sido del 3,7% en marzo, el más bajo desde 2022, para los sectores más vulnerables no hay nada que festejar. Porque ese número frío, técnico, calculado en oficinas con aire acondicionado, no refleja lo que pasa en las cocinas populares, en los comedores barriales, en los changarines, en las jubiladas que rascan la olla para llegar a fin de mes.
El 3,7% viene acompañado de aumentos concretos en lo que más duele: los alimentos. Según el INDEC, el rubro de Alimentos y Bebidas no alcohólicas subió un 5,9%. Eso significa menos pan, menos leche, menos carne. ¿De qué sirve que bajen otras cosas si el plato del mediodía se achica todos los días?
La inflación no es solo un porcentaje. Es angustia, es incertidumbre, es la imposibilidad de proyectar. Y aunque los grandes medios hablen de estabilización, la realidad en los barrios es muy distinta. A los sectores populares no los tranquiliza un índice, los calma una olla llena, un salario digno, una tarifa que se pueda pagar.
Este modelo económico sigue ajustando siempre para el mismo lado. Mientras los bancos ganan y los especuladores sonríen, el pueblo sigue sufriendo. Porque en Argentina la desigualdad no se mide solo por estadísticas, se mide en la mesa vacía de cada hogar que espera soluciones reales.
Desde Raíces Digital lo decimos con claridad: el 3,7% de inflación es apenas un dato. Lo que importa es cómo lo vive la gente. Y la gente, el pueblo trabajador, sigue perdiendo.