José María Carambia: del autoritarismo local a la comprensión del “loco” Milei

Redacción Raíces Digital | José María Carambia fue intendente de Las Heras y su paso por el Ejecutivo municipal no dejó buenos recuerdos para quienes creen en la democracia participativa. Ejerció su gestión con autoritarismo, rechazando el control del Concejo Deliberante y persiguiendo a las organizaciones sindicales, al punto de eliminar —de manera arbitraria e ilegal— el descuento de la cuota sindical, una herramienta fundamental para la vida sindical. Así lo recordamos en Santa Cruz.
Por eso, resulta paradójico y revelador que, ahora como senador, Carambia declare sin titubeos su comprensión hacia el autoritarismo presidencial de Javier Milei, en una entrevista con el medio La Política Online. Allí, lejos de condenarlo, justifica su estilo de gobierno por la supuesta necesidad de “ir a fondo” y lo compara con su propia lógica de gestión: “A loco, loco y medio”, dijo.
“Milei tiene mucho poder porque le tienen miedo. ¿Qué pasa con los locos? Vos no sabés cómo van a reaccionar. Entonces, el político tradicional le tiene miedo. Porque va a fondo. Estás en contra y dice ‘te meto en cana’, te tira todo el poder del Estado encima”, declaró sin filtro.
Estas palabras no son solo una crítica velada al oficialismo, sino una admisión peligrosa del funcionamiento mafioso de la política bajo el régimen de Milei, donde el miedo reemplaza al debate y la amenaza sustituye al consenso.
“A nosotros nos menospreciaron, nos subestimaron, y hoy nos toca definir el quórum”, agregó Carambia, refiriéndose al lugar marginal que ocupa su espacio político en el Senado, que ahora intenta utilizar como ficha de cambio en negociaciones de poder, aunque luego diga no interesarle “ni las secretarías”.
En sus propias palabras, describe una dinámica parlamentaria atravesada por el clientelismo político, el reparto de cargos, los favores mutuos y la falta de palabra. Carambia acusa discriminación hacia su bloque, denuncia que algunos partidos controlan ocho despachos mientras él camina nueve minutos para llegar a votar. Pero lo que denuncia es, en realidad, la descripción cruda de una casta política que él mismo integra y reproduce.
“Si vos no le ponés límites, el tipo va a seguir haciendo lo que quiere”, afirma Carambia, sin ironía y sin hacerse cargo de que él mismo, como senador, es parte de ese Congreso que no puso ni pone límites.
En una democracia, el miedo no puede ser un principio de gobierno. El Congreso no debe ser una escribanía ni los gobernadores, delegados serviles del Ejecutivo nacional. La entrevista no solo desnuda la lógica de Milei, sino también la complicidad de aquellos que, como Carambia, se presentan como opositores, pero actúan como socios funcionales del régimen.
Desde Raíces Digital, reafirmamos que no hay institucionalidad posible si se normaliza el verticalismo, la amenaza y la persecución como formas de gobierno.
Los pueblos no necesitan autoritarismo: necesitan participación, respeto por las instituciones, organización popular y valentía para ponerle freno a quienes concentran el poder.