Vidal anunció obras para toda Santa Cruz, pero excluyó al intendente de Río Gallegos

Redacción Raíces Digital | En un acto por el Día del Trabajador, el gobernador Claudio Vidal presentó un plan de obras para toda la provincia, con presencia de intendentes y comisionados de distintos signos políticos.
Sin embargo, el intendente de Río Gallegos, Pablo Grasso, fue marginado institucionalmente del evento, lo que generó fuertes críticas y expuso la grieta entre Provincia y Municipio.
Este 1° de mayo, en el marco del Día del Trabajador, el gobernador Claudio Vidal encabezó un acto en Río Gallegos donde anunció obras públicas para todas las ciudades y comisiones de fomento de Santa Cruz. Con la presencia de jefes comunales del oficialismo y de la oposición, el evento fue presentado como un gesto de federalismo y compromiso con el desarrollo de cada rincón de la provincia.
Sin embargo, la ausencia del intendente de Río Gallegos, Pablo Grasso, marcó el acto. No se trató de una decisión personal: el Municipio capitalino no fue convocado institucionalmente, pese a ser el distrito más poblado y sede del acto. Grasso lo dejó en claro a través de sus redes sociales con un mensaje directo:
“Yo amo ❤️ Río Gallegos. Los riogalleguenses me eligieron mediante el voto popular para representar nuestra querida ciudad. Sin embargo, el Gobierno Provincial no convocó al Municipio de Río Gallegos para los anuncios que se esperaban hoy sobre obras para nuestra Provincia”.
Una pena que hablen de unidad pero dejando afuera a los habitantes de la Capital santacruceña.
La actitud del gobierno provincial no pasó desapercibida. En un contexto económico complejo, donde cada inversión cuenta, excluir al municipio capitalino —y por ende a sus vecinos— de la instancia de diálogo y planificación de obras resulta, como mínimo, preocupante.
¿Se trata de una decisión política deliberada? ¿Una forma de disciplinamiento institucional?
Lo cierto es que el mensaje del Gobierno de Claudio Vidal parece ir en sentido contrario al de la inclusión, el consenso y la representación democrática.
Mientras se anuncian obras para toda la provincia, Río Gallegos —epicentro de los festejos— quedó afuera de la mesa.
La política, una vez más, deja al pueblo en segundo plano.