La Exención del Impuesto a las Ganancias para los Petroleros: Un pacto político y económico a espaldas del pueblo
Por Alejandro Garzón: Presidente de Unidad Popular y Dirigente del Consejo Directivo Nacional de la Asociación Trabajadores del Estado
Ayer, los medios de comunicación dieron la noticia del Secretario General del Sindicato Petrolero, Gas Privado, y Energías Renovables, Rafael Güenchenen, presentando la exención del impuesto a las ganancias como un triunfo rotundo. Pero, como suele suceder, no todo lo que reluce es oro, y es nuestro deber desenmascarar la realidad detrás de este supuesto logro.
Estamos de acuerdo en que los trabajadores petroleros merecen la exención del impuesto a las ganancias. No obstante, no podemos aceptar que esta medida se obtenga sacrificando el bienestar y los intereses de toda la clase trabajadora. Como decimos siempre, el salario no es ganancia. Mientras tanto, Milei se dedica a eximir de impuestos a las empresas transnacionales y avanza con una reforma laboral que beneficia a los empresarios y arrebata derechos al movimiento obrero.
La reciente “victoria” anunciada por Rafael Güenchenen, sobre la exención del impuesto a las ganancias para el sector petrolero, es en realidad una cortina de humo que encubre una maniobra política turbia. La estrecha colaboración entre Claudio Vidal y Javier Milei queda al descubierto con esta medida.
Este acuerdo no ha surgido por azar. La aprobación de la Ley Bases que garantizo el Gobernador Vidal con sus Senadores y Diputados y la inminente firma del acta del Pacto de Mayo, como lo ha anunciado el jefe de Gabinete Guillermo Francos, son prueba palpable de un plan tramado en secreto.
Estos arreglos, negociados a puertas cerradas, demuestran la subordinación a los intereses de los poderosos.
Vidal ha logrado tranquilizar a medias el frente interno con esta exención, pero a un costo exorbitante. Su verdadera prioridad es satisfacer a los grandes grupos económicos y someterse a los caprichos y aprietes de Milei, en lugar de defender los derechos de todos los trabajadores de la provincia, quienes nuevamente deberán enfrentar el impuesto a las ganancias. Este movimiento calculado busca sofocar la crítica, el descontento y la resistencia de un sector crucial, mientras se avanza con una agenda privatizadora y neoliberal.
Es crucial que los trabajadores permanezcamos atentos, organizados y unidos ante estas maniobras. La exención del impuesto a las ganancias no es un gesto genuino, sino una estrategia para dividir y neutralizar la lucha obrera que se avecina. Los trabajadores petroleros no deben dejarse engañar: sus derechos están siendo usados como moneda de cambio en un juego político que solo beneficia a unos pocos.
Exigimos a quienes gobiernan Santa Cruz que sean transparentes y leales a los verdaderos intereses de toda la clase trabajadora, no solo a un sector.
El gobierno nacional, que ha mostrado poco interés en el bienestar de los trabajadores, acaba de publicar la reglamentación de la reversión del impuesto a las ganancias. En el artículo 7 del decreto Nro. 652/2024, se aclara que el “personal de pozo” estará exento de este impuesto.
En definitiva, la exención del impuesto a las ganancias para los petroleros es otro ejemplo de cómo se manipulan las necesidades de los trabajadores para beneficiar a intereses ajenos. Aunque representa un logro para el “personal de pozo” deja fuera a otros sectores de la industria petrolera. Esta maniobra, divide y debilita la unidad del movimiento obrero.
Los efectos negativos de este pacto se verán pronto, sobre todo con la privatización inminente de la empresa YCRT. Tal como hacían los compañeros de la CGT de los Argentinos, debemos mantenernos firmes y exigir una solución justa y equitativa para todos los trabajadores y trabajadoras, sin ceder ante intereses que buscan dividir y debilitar la lucha obrera.