Belén: una película necesaria para mirar en familia y volver a hablar de derechos

Redacción Raíces Digital | El primer largometraje dirigido por Dolores Fonzi, basado en el caso real de una joven criminalizada tras un aborto espontáneo en Tucumán, pone en discusión la justicia patriarcal, la desigualdad de clase y el derecho a decidir. Desde Raíces Digital invitamos a verla, debatirla y abrazarla en familia.

La película “Belén”, dirigida por Dolores Fonzi y basada en el libro “Somos Belén” de Ana Correa, retoma un caso real de una joven tucumana que fue encarcelada luego de un aborto espontáneo, convertida en “ejemplo” por un sistema judicial más obsesionado con castigar que con garantizar derechos.

Hoy, esta historia llega al cine en un contexto donde en la Argentina rige la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, pero donde la persecución, el odio y la estigmatización siguen organizando muchas decisiones del poder. Por eso “Belén” no es solo una película: es una herramienta política, pedagógica y humana.

Una historia que incomoda… porque es verdadera

En la ficción, la protagonista es Julieta, una joven que termina sentada en el banquillo acusada primero de aborto ilegal y luego de homicidio agravado. A su lado aparece Soledad, la abogada que decide tomar el caso y enfrentarse a un aparato judicial que juzga con más dureza a las mujeres pobres que a los verdaderos poderes de este país.

La trama muestra:

• La violencia institucional que recae sobre los cuerpos gestantes.

• El clasismo del sistema judicial, que no persigue igual a todas las personas.

• La soledad de las familias populares cuando se enfrentan al Estado.

Todo eso que muchas veces leemos en informes o escuchamos en discursos, en “Belén” se vuelve rostro, cuerpo, cárcel, miedo y también esperanza.

De Tucumán al mundo: por qué importa que esté en la carrera al Oscar

“Belén” fue elegida por la Academia de Cine de la Argentina como película que representa al país en la carrera hacia los Premios Oscar 2026, en la categoría Mejor Película Internacional. Eso quiere decir que integra la lista de películas enviadas por cada país, a la espera de que la Academia de Hollywood decida la “lista corta” y las nominaciones finales.

Más allá de los premios, lo importante es que:

• Pone en el centro de la escena mundial una historia argentina de injusticia y resistencia.

• Recupera la memoria de lo que pasaba antes de la legalización del aborto, pero también ilumina lo que todavía pasa en muchos hospitales, comisarías y juzgados.

• Demuestra que el cine puede ser un espacio de denuncia, de memoria y de defensa de derechos, no solo entretenimiento.

En un mundo donde crecen los discursos de odio y las derechas intentan retroceder derechos conquistados, que una película como “Belén” sea vista y discutida es, en sí mismo, un acto político.

Por qué verla en familia

Desde Raíces Digital creemos que “Belén” es una de esas películas que vale la pena ver en familia, especialmente con hijas, hijos y adolescentes, porque abre puertas a conversaciones que muchas veces se patean para más adelante:

• Hablar de derechos sexuales y (no) reproductivos sin tabúes.

• Contar cómo fue la historia reciente de nuestro país: qué pasaba cuando el aborto estaba penalizado, quiénes eran criminalizadas y quiénes miraban para otro lado.

• Discutir qué entendemos por justicia y por qué no siempre lo que es “legal” es necesariamente justo.

• Pensar qué le pasa a una familia trabajadora cuando se enfrenta a tribunales, fuerzas de seguridad o medios de comunicación que construyen culpa antes que verdad.

Verla juntos permite que cada escena se convierta en una pregunta:

¿Y si le pasara a una vecina?
¿Y si le pasara a alguien de nuestra familia?
¿Qué haríamos?
¿De qué lado nos paramos?

Una invitación de Raíces Digital

Desde este medio, que siempre busca contar las historias del pueblo, de las mujeres y de las disidencias que enfrentan al poder, queremos decirlo sin vueltas:

“Belén” es una película que hay que ver, pensar y discutir.

No es una peli “liviana”, ni falta que hace. Es una obra que duele, pero también organiza la bronca y la transforma en conciencia. Nos recuerda que cada derecho conquistado se defendió en la calle, en los tribunales y también en la cultura.

Por eso, desde Raíces Digital te invitamos a:

• Ver “Belén” en el cine o en las plataformas donde se vaya estrenando.

• Proponerla en escuelas, centros culturales, sindicatos, parroquias y organizaciones sociales.

• Usarla como punto de partida para nuevos debates sobre derechos, justicia y dignidad.

Porque cuando una historia como la de Belén se hace masiva, lo que se masifica no es solo el dolor: también la decisión de que nunca más una piba pobre vaya presa por ser mujer y por ser del pueblo.