El general retirado Walter Braga Netto, exministro de Defensa y jefe de gabinete durante el gobierno de Jair Bolsonaro, fue detenido bajo la acusación de conspirar para evitar la asunción de Luiz Inácio Lula da Silva como presidente de Brasil. La orden de captura fue emitida por el Supremo Tribunal Federal (STF), en el marco de una investigación que busca esclarecer su rol en las acciones antidemocráticas que sacudieron el país tras las elecciones de 2022.
Braga Netto, quien fue compañero de fórmula de Bolsonaro en las elecciones presidenciales de 2022, es señalado como uno de los principales organizadores de un plan para desconocer los resultados electorales. Las autoridades judiciales sostienen que participó en la planificación y apoyo logístico de las manifestaciones que culminaron en el asalto a las sedes de los tres poderes en Brasilia el 8 de enero de 2023, una acción que buscaba desestabilizar el gobierno de Lula y socavar la democracia brasileña.
Un trasfondo de tensiones y conspiraciones
La detención del general se da en un contexto de creciente preocupación por el involucramiento de militares en acciones desestabilizadoras promovidas por aliados de Bolsonaro. Tras la derrota electoral, sectores radicales bolsonaristas, alentados por discursos que denunciaban un supuesto fraude, emprendieron bloqueos y manifestaciones violentas. Estas tensiones alcanzaron su punto álgido con los ataques del 8 de enero, comparados con el asalto al Capitolio en Estados Unidos.
Según las investigaciones del STF, Braga Netto y otros líderes militares habrían instrumentalizado a las fuerzas de seguridad y alentado movilizaciones que buscaban un golpe de Estado. Su captura representa un golpe decisivo a los sectores que desafiaron el orden democrático.
Reacciones encontradas
La defensa del exministro argumentó que la detención es arbitraria y carece de fundamento jurídico, mientras que Bolsonaro denunció una persecución política contra sus colaboradores. Por otro lado, líderes políticos y defensores de la democracia celebraron la decisión del STF como un paso firme hacia la reafirmación del Estado de derecho en Brasil.
El caso de Braga Netto pone en evidencia las tensiones persistentes entre las instituciones democráticas y sectores que buscan erosionar la confianza en el sistema electoral. Con su arresto, la justicia brasileña envía un mensaje claro de que no habrá impunidad para quienes atenten contra el orden constitucional.