La dramática situación económica sigue afectando a millones de trabajadores en Argentina, quienes enfrentan una notable pérdida de su poder adquisitivo. Frente a esta realidad, se ha exigido un aumento de emergencia del 94% en una sola cuota para todos los empleados de la Administración Pública Nacional (APN), debido a la grave erosión de los salarios por la alta inflación y la falta de ajustes adecuados.
De acuerdo a las cifras publicadas en septiembre de 2024, un trabajador promedio necesitó $1.514.208 para cubrir las necesidades básicas de un hogar conformado por una pareja mayor de 30 años y dos hijos en edad escolar. Este monto incluye $516.267 necesarios para la Canasta Alimentaria Mínima y $952.722 para otros bienes y servicios esenciales.
Deterioro del salario desde 2015
En cuanto a la evolución salarial, el salario de referencia de diciembre de 2015, ajustado por inflación, debería ser de $1.051.088 a septiembre de 2024, pero en la práctica los trabajadores estatales reciben un promedio de $538.487, lo que representa una pérdida de 48% del poder adquisitivo en los últimos nueve años.
Monotributistas y trabajadores precarizados
La situación de los trabajadores monotributistas también es crítica: con un salario neto mensual promedio de $584.230, han acumulado una pérdida equivalente a $2.142.755, lo que corresponde a casi 9 meses de salarios en los últimos 83 meses. Este sector, que carece de estabilidad laboral y acceso a beneficios como la obra social o aportes jubilatorios, se encuentra particularmente afectado por las políticas de ajuste.
Ajuste y despidos: críticas al gobierno
Los reclamos no solo apuntan al aumento salarial, sino también a las políticas económicas del régimen, las cuales, según los trabajadores, incluyen despidos masivos, congelamiento salarial, desfinanciamiento de sectores clave como la educación y la salud pública, y la reducción del aparato estatal. Además, se condena la falta de voluntad política para convocar a negociaciones paritarias justas y sin techo, dejando a gran parte de la sociedad vulnerable y bajo la línea de pobreza.
Esta situación pone en alerta a los gremios y a las centrales obreras, quienes exigen respuestas urgentes por parte del gobierno para revertir el deterioro de las condiciones de vida de millones de trabajadores.