Gelatina reflexiona sobre Francisco: fe, política y dignidad desde el sur del mundo (+Video)

Redacción Raíces Digital | El 19 de marzo de 2025, en una profunda columna en el programa Gelatina por streaming , Julia Rosemberg y Pedro Rosemblat repasaron la vida, la obra y el pensamiento del Papa Francisco, el primer pontífice latinoamericano, argentino y jesuita, en una era marcada por el desencanto y la fragmentación social.
A través de documentos casi desconocidos, anécdotas históricas y análisis políticos, los periodistas mostraron cómo Francisco emerge como el gran lector crítico del siglo XXI, capaz de construir esperanza desde el pueblo, en un mundo que parece haber perdido la fe en el cambio.
El joven Bergoglio: unidad y esperanza en tiempos de duelo nacional
En 1974, tras la muerte de Juan Domingo Perón, un desconocido Jorge Mario Bergoglio, entonces sacerdote jesuita, escribió una carta interna a sus compañeros religiosos.
Con una claridad notable para su juventud, Bergoglio pedía a los jesuitas:
“Que nuestro corazón sacerdotal sea un eco cálido que aquiete el dolor del pueblo”.
No llamaba a la venganza ni a la división, sino que exigía trabajar por la unidad nacional, advirtiendo contra los “delirantes de la solución rápida”.
Este documento, oculto durante décadas, demuestra que el llamado de Francisco a la concordia no es coyuntural, sino una convicción temprana:
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El tiempo es superior al espacio.
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La unidad prevalece sobre el conflicto.
Estos principios, que décadas más tarde Francisco repetiría como Papa, ya estaban presentes en su espíritu pastoral y político.
¿Un Papa peronista? Francisco, entre el pueblo y la historia
Ante la pregunta sobre su filiación política, Francisco ha respondido:
“Nací en una familia gorila, radical yrigoyenista”.
Sin embargo, su vida lo llevó a leer y comprender profundamente al pueblo peronista, no desde la ideología, sino desde el amor pastoral.
Como recordó Rosemberg, Bergoglio fue testigo de la movilización popular en 1945 —cuando apenas tenía 9 años—, y si bien provenía de un hogar antiperonista, su caminata entre los pobres lo transformó.
Francisco no se deja encasillar: ni peronista ni antiperonista.
Es un hombre del pueblo:
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Educado en la Argentina profunda, hijo de la escuela pública.
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Formado en el diálogo, no en la confrontación ideológica.
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Pastor que escucha antes de hablar.
Su biblioteca espiritual —con autores como Borges, Marechal, Dostoievski y pensadores populares como Rodolfo Kusch y Amelia Podetti— también revela su apertura al saber popular como base de toda construcción política y religiosa.
El padre de los curas villeros: trabajo territorial y dignidad en los márgenes
En los años 90, Bergoglio dedicó gran parte de su tarea como obispo auxiliar y luego arzobispo de Buenos Aires a fortalecer la presencia de la Iglesia en las villas miseria.
Fue el gran impulsor de los curas villeros, creando una vicaría específica para que la fe estuviera al lado de los más humildes.
Como describió Julia Rosemberg:
“Bergoglio no solo apoyó a los curas villeros: modificó la institución para que los incluyera“.
Conmovió su presencia en 1999 en la procesión de los restos de Carlos Mugica a la Villa 31, donde expresó:
“Oremos también por los ideólogos del crimen y por los silencios cómplices de la sociedad y de la Iglesia”.
Francisco aprendió en las villas que la fe se construye en comunidad, no en la comodidad de los templos. De allí su consigna eterna:
“Pastores con olor a oveja.”
La teología del pueblo: comprender antes que imponer
A diferencia de la teología de la liberación, influida por el marxismo, Francisco abrazó la “teología del pueblo”, una corriente que:
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No ve lucha de clases, sino pueblo y antipueblo.
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Reivindica la cultura popular como fuente de sabiduría.
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Busca aprender del pueblo antes que educarlo desde arriba.
En su visión, el pueblo no es masa ni suma de individuos:
“Es una comunidad de valores, de historia, de sueños compartidos”.
Esta idea resuena en su permanente opción por los humildes y en su mensaje de que el futuro se construye desde abajo, no desde las élites.
Francisco: la voz contra el colonialismo y el capitalismo salvaje
Ya como Papa, Francisco no temió enfrentarse al poder global.
En Bolivia (2015), pidió perdón a los pueblos originarios:
“Pido humildemente perdón, no solo por las ofensas de la Iglesia, sino por los crímenes contra los pueblos originarios.”
Desde América Latina, denunció que el colonialismo nunca terminó, solo mutó en capitalismo financiero, extractivismo y cultura del descarte.
Su encíclica Laudato Si’ no es solo ambientalismo: es un manifiesto político contra el orden neoliberal.
Francisco afirma:
“El mercado no trajo igualdad ni felicidad, solo potenció las desigualdades.”
Y, lejos de resignarse, llama a los pobres y a los movimientos sociales:
“Ustedes pueden y hacen mucho. El futuro de la humanidad está en sus manos.”
Un Papa que interpela la modernidad: inteligencia artificial, dignidad y política
En el G7 de 2024, frente a los líderes del capitalismo global, Francisco advirtió:
“Condenaríamos a la humanidad a un futuro sin esperanza si permitimos que las máquinas decidan en lugar de las personas.”
Defendió que la política —y no el mercado ni la tecnología— debe proteger la dignidad humana.
En un mundo tentado de reemplazar la ética por algoritmos, Francisco vuelve a poner en el centro la condición humana.
Francisco y el eje del mundo: volver a conectar con lo sagrado
Julia Rosemberg cerró su columna señalando que vivimos en un mundo que ha perdido su Axis Mundi, su conexión con lo sagrado.
Francisco representa la reaparición de esa esperanza trascendente:
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No para restaurar viejas ortodoxias.
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Sino para reconstruir el deseo colectivo de justicia, amor y comunidad.
En sus palabras:
“Todo patrimonio tiene que ser utópico. No se trata de conservar la patria tal como la recibimos, sino de acrecentarla para las generaciones futuras.”
Libros fundamentales citados en la columna:
📚 “El Jesuita. Conversaciones con el Cardenal Jorge Bergoglio”, de Sergio Rubín y Francesca Ambrogetti (Editorial Vergara).
📚 “Pueblo y Cultura” (citado por Julia Rosemberg).
📚 “Laudato Si'”, encíclica de 2015.
📚 “Salvados por Francisco”, de Aldo Duzdevich.