“Mileilandia no existe”: Claudio Lozano destroza el discurso presidencial

Claudio Lozano, presidente de Unidad Popular, analizó el discurso de Javier Milei y cuestionó la falta de precisiones sobre el Presupuesto. Afirmó que el relato oficial intenta ocultar un escenario de ajuste perpetuo.
No precisó dato alguno sobre el Presupuesto. Necesitamos que se le ponga fin a la discrecionalidad presupuestaria con que el gobierno se maneja desde que asumió.
El único veto que, no solo hay que sostener, sino que hay que ampliar al plano nacional, es el que el pueblo de la Provincia de Buenos Aires le propinó al Gobierno Nacional en la elección del 7 de septiembre. El Presidente debe creer que los argentinos y las argentinas no saben dónde viven.
Es increíble que se anime a decir que con el equilibrio fiscal se garantiza el desarrollo de las inversiones, la creación de empleo y la reducción del riesgo país.
Si por un momento le concediésemos el beneficio de que hoy hay equilibrio fiscal y nos olvidáramos de la deuda pública que acumula y de los intereses que no paga, lo cierto es que ninguna de las otras cuestiones se cumplen.
La caída del consumo, la recesión imperante, la capacidad ociosa, el cierre de 16.800 empresas, la destrucción de más de 200.000 puestos de trabajo registrados, la huida de empresas extranjeras, el incremento de utilidades remitidas al exterior y la suba del riesgo país definen el contexto que acompaña al equilibrio fiscal construido por las políticas gubernamentales.
Mileilandia no existe y el discurso presidencial pretende decir que puede existir por el simple hecho de moderar sus modales, no insultar y hablar de consenso.
Pretende con un discurso que no precisó dato alguno sobre el Presupuesto, seducir a todos aquellos que huyeron espantados al padecer los impactos sociales, el autoritarismo, la represión y la corrupción de su gestión.
Resulta sintomático que hable de recuperación real de partidas sociales sin señalar las bases de esos cálculos ni la inflación prevista. Toda una saraza para ocultar que el superávit acordado con el FMI para 2026 será 22% mayor que el de este año y que, sin recaudación suficiente, el ajuste volverá a caer sobre el gasto, que ya fue recortado un 30% respecto a 2023.
Lo único que esta política tiene para ofrecer es un escenario presente y futuro de AJUSTE PERPETUO.
Es de esperar que, frente a esto, el Parlamento recupere el rol que le asigna la Constitución Nacional y formule un presupuesto que incorpore las urgencias sociales.
Si el Presidente lo veta, el Congreso debería insistir y avanzar en la construcción de mayorías políticas necesarias para, por la vía del juicio político, abrirle la puerta a una nueva esperanza popular.