Cristina Fernández de Kirchner vinculó la elección del nuevo Papa con el legado de la Doctrina Social de la Iglesia

Redacción Raíces Digital |En el Día de la Virgen de Luján, la expresidenta interpretó con fuerte carga simbólica la elección del nuevo Papa. Destacó su mensaje en español, su oración por la paz y el nombre elegido: León XIV, evocación directa de la Doctrina Social de la Iglesia.
Este jueves 8 de mayo de 2025, desde el balcón central de la Basílica de San Pedro, el cardenal protodiácono Dominique Mamberti anunció al mundo: “Habemus Papam”. El elegido: Robert Prevost, ahora Papa León XIV.
La noticia conmovió a creyentes y no creyentes. Y entre los primeros ecos públicos se destacó la reflexión de Cristina Fernández de Kirchner, expresidenta de la Nación Argentina, quien vinculó la elección papal con el legado social y espiritual de Francisco y con una fecha profundamente arraigada en la identidad religiosa argentina.
“No hace falta aclarar que no creo en las casualidades; y hoy, una vez más, lo vuelvo a confirmar. En el día de la Virgen de Luján, patrona de Argentina y de Río Gallegos, tenemos nuevo Papa, que recordó con afecto a Francisco, nos habló en nuestra lengua, rezó por la paz y adoptó el nombre de León XIV”, escribió en sus redes sociales.
La elección del nombre no pasó desapercibida para Cristina, quien recordó que León XIII fue el Papa del trabajo, autor de la histórica encíclica Rerum Novarum, piedra fundacional de la Doctrina Social de la Iglesia.
“León XIII fue el Papa del trabajo… padre de la Doctrina Social de la Iglesia, a partir de su maravillosa encíclica Rerum Novarum. Lo dicho… no creo en las casualidades”, sentenció.
El mensaje cobra aún más peso en un contexto de crisis económica global, aumento de la desigualdad y tensiones geopolíticas, en el que la figura del nuevo Pontífice —agustino, latinoamericanista y admirador del Papa Francisco— despierta expectativas por su posible continuidad en las líneas pastorales centradas en la justicia social, la paz y la cercanía con los pobres.
En un país donde la fe católica y la política se entrelazan históricamente, el posteo de Cristina Kirchner refuerza una lectura simbólica del momento: un nuevo Papa, una fecha mariana profundamente nacional y una señal —para algunos, divina— en medio de tiempos oscuros.