El día que Pelé fue expulsado y el árbitro terminó fuera del partido

El fútbol, con su capacidad de generar momentos épicos e insólitos, vivió una de sus noches más extraordinarias el 17 de julio de 1968 en el estadio El Campín de Bogotá. Era un partido amistoso entre el Santos de Brasil, con Pelé como su gran figura, y un combinado colombiano. Lo que parecía una exhibición deportiva terminó convirtiéndose en una anécdota legendaria que aún resuena en la memoria colectiva.
La historia comenzó con el árbitro Guillermo ‘Chato’ Velásquez imponiendo justicia en el campo. Pero todo se salió de control cuando Pelé reclamó airadamente un penal no concedido. La protesta del astro brasileño escaló hasta convertirse en insultos hacia el árbitro, quien, sin dudarlo, expulsó al ‘rey del fútbol’. Lo que vino después fue caos puro.
Mientras Pelé abandonaba el campo, los jugadores del Santos no se quedaron de brazos cruzados. La delegación brasileña, con 25 de sus 28 integrantes, se lanzó en protesta vehemente contra Velásquez, quien terminó con lesiones y un pómulo inflamado tras los forcejeos. La tensión en el estadio se disparó. Los aficionados, lejos de apoyar la decisión arbitral, exigieron el regreso de Pelé al terreno de juego y que el árbitro abandonara el partido.
La situación alcanzó un punto surrealista cuando, ante la presión del público y los directivos, el árbitro ‘Chato’ Velásquez dejó la cancha. En su lugar, se improvisó una nueva terna arbitral. Ómar Delgado tomó el silbato como árbitro principal, mientras que el chileno Mario Canessa, quien estaba en la tribuna como espectador, saltó al campo para convertirse en juez de línea… ¡con traje de saco y corbata!
Con Pelé de vuelta en el juego y la calma apenas restablecida, el partido continuó. A pesar del escándalo, Santos terminó ganando 4-2, con el propio Pelé anotando uno de los goles. Sin embargo, el fútbol quedó en segundo plano esa noche. Lo que debía ser una jornada amistosa se convirtió en un escándalo, con el equipo brasileño declarando ante la Policía al finalizar el encuentro.
Hoy, este episodio no solo recuerda la magnitud del impacto de Pelé en el fútbol, capaz de alterar las reglas de un partido, sino también cómo el deporte puede dar giros inesperados que permanecen en la memoria como leyendas inolvidables.