Milei, sin plan para el empleo y con el pueblo acorralado: ¿el principio de una crisis social?
El régimen de Javier Milei esta llevando al país hacia un callejón sin salida, donde las privatizaciones, el ajuste fiscal y la reducción del estado no ofrecen soluciones claras para la crisis que enfrentan las y los argentinos. A pesar de las promesas de reactivar la economía, el pueblo sigue sumido en la incertidumbre, con precios que suben incesantemente y salarios que no logran acompañar esa escalada.
La pobreza y la indigencia continúan creciendo, mientras el régimen esta más preocupado en reducir el Estado a la máxima expresión que en proteger a los más vulnerables.
Uno de los puntos más alarmantes es la posible eliminación de la Asignación Universal por Hijo (AUH), una medida que durante años ha sido el único sustento para millones de familias. Según fuentes cercanas al oficialismo, Milei sostiene que este tipo de asistencia social desaparecerá en una tercera fase de su plan, una vez que la economía “se reactive”. Pero hasta ahora, no hay señales de que esa reactivación esté en marcha, y quitar la AUH sería devastador para las familias que dependen de ella para cubrir las necesidades básicas.
La AUH no es solo un subsidio, es un salvavidas. Eliminarla en un contexto donde la pobreza alcanza cifras récord sería acorralar aún más a quienes ya no tienen otra opción. Mientras Milei insiste en que la clave para combatir la pobreza es el crecimiento económico y la liberación de mercados, la falta de un plan concreto para la creación de empleo genuino genera mucha preocupación. Las economías regionales y las PYMEs, que históricamente han sido las mayores fuentes de empleo en el país, no están recibiendo el apoyo necesario para sostener el desarrollo económico y muchas tuvieron que despedir trabajadores y trabajadoras y otras cerrar definitivamente.
Las privatizaciones de las empresas del estado, que las y los argentinos ya vivieron durante los años 90, solo beneficiaron a unos pocos, dejando al resto del país en el desamparo. Hoy, esa misma receta parece repetirse, pero sin un plan alternativo que alivie la situación de las clases medias y bajas. El ajuste que el régimen impone sobre las provincias, sumado a la reducción de programas sociales, augura un panorama social sombrío.
El país se enfrenta a una de las peores crisis sociales de su historia, y la responsabilidad será del propio Javier Milei si no se da cuenta que tiene que modificar el rumbo. De continuar con este modelo de ajuste y privatización sin generar empleo ni ofrecer soluciones reales para los más vulnerables, el estallido social será inevitable.