Tiburones en Santa Cruz: una investigación histórica en la Ría Deseado

Por primera vez en Argentina, se realiza un seguimiento satelital a tiburones durante meses. Especialistas nacionales e internacionales marcaron ejemplares de la especie gatopardo con transmisores para estudiar su recorrido en el Atlántico Sur. Se pide la colaboración de los pescadores para preservar estos dispositivos y continuar con la investigación.
Entre el 29 de enero y el 5 de febrero, Puerto Deseado fue el epicentro de un estudio pionero sobre tiburones en Argentina. Investigadores de la Universidad de Stanford (EE.UU.), la Fundación Por el Mar, Proyecto Arrecife y Tag a Giant, con el respaldo del Consejo Agrario Provincial, llevaron adelante la marcación satelital de la especie gatopardo, uno de los depredadores clave del ecosistema marino patagónico.
“Todavía hay muchas preguntas sobre el gatopardo y sus migraciones”, explicó Paula Dufourg, bióloga marina de Por el Mar. Los transmisores satelitales permitirán conocer mejor sus movimientos y contribuir a su conservación.
Un proyecto sin precedentes
Durante la campaña, se capturaron 43 tiburones, pero solo ocho hembras fueron marcadas con transmisores “pop up”, que se desprenderán en distintos plazos (120, 180, 210 y 240 días) y enviarán la información al satélite. Este enfoque a largo plazo es una novedad en Argentina.
“El estudio que estamos realizando es una oportunidad histórica. Se han hecho investigaciones previas, pero han sido de días o semanas. Esta vez vamos a tener información de meses sobre los movimientos del gatopardo”, explicó Alejo Irigoyen, investigador del CONICET y parte del equipo de Proyecto Arrecife.
Cuidando a los tiburones
Cada maniobra se realizó con extremo cuidado para minimizar el impacto en los animales. Los tiburones fueron devueltos al mar luego de un tiempo máximo de 4 minutos fuera del agua. Durante ese proceso, un equipo especializado les cubría los ojos y les colocaba una manguera para que pudieran seguir respirando.
Un pedido especial a los pescadores
Los científicos hacen un llamado clave: si un pescador encuentra un tiburón con un transmisor, debe devolverlo al agua para que el estudio pueda continuar. Además, en caso de capturar un ejemplar con una marca tradicional, se solicita que informen el número de identificación y el lugar del hallazgo.
Un avance para la conservación
Desde el Consejo Agrario Provincial destacan la importancia de estos datos para futuras decisiones de protección marina. “Saber que en Santa Cruz se realizan estudios de vanguardia nos llena de orgullo”, expresó Marisol Espino Penilla, directora de Áreas Protegidas del CAP.
Este estudio no solo sitúa a Puerto Deseado como un punto clave en la investigación de tiburones, sino que también refuerza la necesidad de proteger a estos predadores fundamentales para el equilibrio del ecosistema marino.