Violencia de género en Caleta Olivia: un joven atropella intencionalmente a su ex pareja y su novio
En la madrugada del domingo 5 de enero, un grave acto de violencia de género conmocionó a la comunidad de Caleta Olivia. Marcos, identificado como la ex pareja de Selene, embistió deliberadamente con su vehículo a la joven y a su actual novio, Ever, mientras caminaban juntos por la calle. Según las primeras investigaciones, el ataque fue intencional y premeditado.
Las víctimas sufrieron lesiones leves y fueron trasladadas al Hospital Zonal “Padre Pedro Tardivo”, donde recibieron atención médica. El agresor se dio a la fuga tras el incidente, mientras que la policía de Santa Cruz, alertada por los vecinos, comenzó de inmediato la recopilación de pruebas y testimonios. Se espera que el Juzgado de Instrucción Penal N° 2 avance con las medidas judiciales correspondientes, como un allanamiento para dar con el paradero del agresor.
Contexto y reflexión:
Este hecho no solo evidencia la persistencia de la violencia de género en sus diversas formas, sino también la urgencia de fortalecer las políticas públicas orientadas a prevenir, atender y sancionar este tipo de delitos. La violencia de género no es un problema individual, sino un fenómeno estructural que afecta a las comunidades y vulnera derechos fundamentales.
En el caso de Selene, el ataque no ocurrió en un contexto aislado, sino en un entorno donde aún falta garantizar redes de protección efectivas para las víctimas. La implementación de medidas como la restricción de acercamiento y el monitoreo de agresores resulta crucial, así como programas educativos que desnaturalicen el machismo y fomenten relaciones igualitarias desde edades tempranas.
Importancia de las políticas públicas:
La violencia de género requiere una respuesta integral del Estado y de la sociedad civil. Es fundamental asegurar un acceso rápido y seguro a la justicia para las víctimas, así como reforzar los programas de prevención y asistencia, especialmente en localidades como Caleta Olivia. Las leyes de protección deben acompañarse con recursos económicos, humanos y tecnológicos que garanticen su cumplimiento.
Este caso nos recuerda que, más allá de lo judicial, es necesario avanzar hacia una sociedad donde las mujeres y diversidades puedan vivir libres de violencia y en igualdad de derechos.