Saúl Ubaldini: Un símbolo de lucha y dignidad del movimiento obrero argentino
El 29 de diciembre, recordamos el nacimiento de Saúl Edólver Ubaldini, una figura emblemática del sindicalismo argentino, nacido en 1936 en el barrio de Mataderos, Buenos Aires. Con una trayectoria marcada por la coherencia, el coraje y su inquebrantable compromiso con los derechos de los trabajadores, Ubaldini dejó un legado que sigue inspirando al movimiento obrero y a quienes luchan por una sociedad más justa.
Desde sus primeros pasos como delegado gremial en frigoríficos y fábricas, Ubaldini mostró una sensibilidad especial hacia las necesidades de sus compañeros de trabajo. Su liderazgo en la Federación Obrera Cervecera Argentina (FOCA) lo llevó a proyectarse como una figura clave en la Confederación General del Trabajo (CGT), donde asumió la Secretaría General en 1979, en plena dictadura militar.
Durante ese oscuro período de nuestra historia, Ubaldini se convirtió en un faro de resistencia. Bajo su conducción, la CGT “Brasil” encabezó movilizaciones históricas, como la de marzo de 1982 bajo el lema “Paz, Pan y Trabajo”, que congregó a miles de trabajadores en Plaza de Mayo, desafiando el régimen militar y marcando un punto de inflexión en la lucha por la recuperación de la democracia.
Con el retorno democrático en 1983, su labor no cesó. Ubaldini lideró trece paros generales durante la presidencia de Raúl Alfonsín, siempre desde una postura constructiva y de defensa intransigente de los derechos laborales. Aun en los momentos más adversos, mantuvo su coherencia y el contacto cercano con las bases, simbolizado por su icónica campera de cuero y su estilo directo.
En los años 90, su firme oposición a las políticas neoliberales de Carlos Menem lo alejó de sectores del oficialismo, pero lo reafirmó como un referente ético del sindicalismo. Saúl nunca transigió con medidas que perjudicaran a los trabajadores, demostrando que los principios no son negociables.
Además de su liderazgo gremial, incursionó en la política como Diputado Nacional, llevando al Congreso su experiencia y su compromiso con los sectores más vulnerables.
Ubaldini fue, por sobre todo, un hombre del pueblo. Profundamente católico y peronista, su vida estuvo guiada por valores de solidaridad, justicia y dignidad. Falleció el 19 de noviembre de 2006, pero su legado permanece vivo en cada lucha obrera, en cada conquista que pone en el centro a los trabajadores y en cada gesto de resistencia frente a la injusticia.
Hoy lo recordamos como un símbolo de la lucha obrera, un líder que no se doblegó ante la adversidad y un ejemplo de integridad y compromiso con las causas populares. Saúl Ubaldini vive en la memoria de todos aquellos que creen en un país más justo, solidario y con derechos para todos.